Este cambio de paradigma está modificando de manera radical tanto a la propia creación artística como a la distribución y formas de uso y a las relaciones entre los agentes del ecosistema y sus dinámicas, que cada vez se asemejan más a las del ecosistema emprendedor.

Y bajo estas premisas, ha recopilado una serie de artículos y columnas de opinión donde se abordan algunas de las claves que marcarán el futuro de la industria a corto, medio y largo plazo (Inteligencia Artificial, VR / AR, criptomonedas, el futuro del streaming, posible cambio en las estructuras de poder, o nuevas tendencias y mercados).

☘ La ampliación de la duración máxima de los vídeos hasta los 3 minutos, actualmente fijada en 60 segundos combinando cuatro vídeos cortos de 15 segundos.

☘ La adopción de una funcionalidad similar a Cameo (Shoutout) para conectar a los creadores con sus fans y facilitar la monetización de sus interacciones dentro de la propia plataforma, incluyendo la monetización de los posibles directos.

☘ En general, tanto la tasa de penetración como la frecuencia de consumo ha aumentado en todos los contenidos digitales. En lo que se refiere a la música, la evolución ha sido positiva ya que se ha incrementado tanto su consumo (pasando del 58,1% de la población de entre 16 y 74 años en 2016 al 80,1% en 2021) como la frecuencia con la que se consume, pasando de 33,3% a 48,2% entre quienes dicen consumirla diariamente. El incremento de la tasa de consumo ha sido mayor entre las mujeres y los menores de 45 años y el dispositivo preferido por el 66,7% de los consumidores para la escucha de música es el teléfono móvil.

☘ Junto a la mayor tasa y frecuencia de consumo, se ha visto incrementado también el pago por el uso de contenidos digitales: hasta un 45,8% de los consumidores reconoce haber pagado en los último doces meses por acceder al visionado de películas, videos y otros contenidos audiovisuales. Mientras que el tipo de contenido de pago consumido viene marcado por la edad del consumidor: los jóvenes se decantan por películas, música, videojuegos y contenidos educativos; mientras que los adultos pagan en mayor medida por periódicos y revistas, así como por libros electrónicos.

☘ En cuanto al impacto del COVID, el informe señala que no sólo aumentó en uso de contenidos digitales durante el confinamiento sino, que, además, una vez finalizado buena parte de la población ha mantenido pautas de consumo de contenidos digitales superiores a los que tenía antes de la crisis socio sanitaria.

Dichos artículos analizan cuestiones como el impacto de la pandemia en la actividad y capacidad de los promotores, potenciales nuevos formatos híbridos o la conexión de los festivales con cuestiones de índole social, como la relación entre los macrofestivales y la sostenibilidad medioambiental.

Desde la popularización de Internet y gracias a las herramientas digitales, las barreras de entrada tanto para la creación como para la distribución de contenidos se han reducido de manera drástica. Esto ha provocado que la palabra ‘creador’ haya multiplicado su popularidad y cada vez sea mayor la demanda de creadores profesionales.

Aunque este cambio de paradigma no es nuevo, la principal novedad es la popularización de nuevos modelos de negocio y herramientas que, adicionalmente a la creación y distribución, apuntan también a la reducción de las barreras de monetización y control por parte de los creadores e incluso de novedosos esquemas de financiación. En este contexto, SignalFire cifra en 50 millones el número de creadores existentes, de los cuáles alrededor de 2 millones podrían considerarse profesionales de la creación de contenidos online.

* En el próximo número profundizaremos en el nuevo ecosistema de soluciones y herramientas sobre el que se construye la economía de los creadores.