Aunque el proceso sigue abierto, la respuesta del Gobierno no vaticina que se vaya a llevar una reforma de calado en el corto plazo, si bien se proponen una serie de medidas pendientes de confirmación, enfocadas a estudiar a fondo la situación de mercado junto a las autoridades de competencia, y a formar grupos de trabajo interdisciplinares para evaluar las reformas a implementar.

Estas posiciones se fundamentan en un informe publicado el pasado 23 de septiembre por parte de la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual  (UK Intellectual Property Office- IPO). Bajo el título “Music creators’ earnings in the digital era”, el informe recoge los los resultados de una investigación sobre cómo y qué creadores son remunerados en el ámbito digital, especialmente con la distribución a través del streaming, la fuente dominante para el consumo de música en la actualidad.

El informe, que ha despertado controversias entre algunos artistas en cuanto a la metodología aplicada, utiliza los tres primeros capítulos para revisar el estado del arte en el debate existente en torno al modelo de remuneración del streaming, explicar los distintos ángulos que influyen el modelo actual y recoger las perspectivas de los distintos agentes al respecto para, posteriormente, pasar a una fase de análisis de los datos disponibles y dibujar algunos escenarios futuros, apoyados en una encuesta con 700 creadores. 

Una de las principales conclusiones es que el 52% total de los ingresos generados por el streaming (descontados impuestos) se reparte entre los titulares de los derechos, mientras que, tal y como recoge el blog especializado Water&Music, apenas el 0,4% de los artistas británicos generan unos ingresos suficientes que les permitan vivir del streaming, si bien el informe señala que la venta de música grabada nunca ha sido un ingreso representativo para los artistas. De ellos, gran parte de la remuneración se debe al repertorio de catálogo (repertorio con una antigüedad de 12 meses). Asimismo, existe una concentración creciente en las canciones más populares, con el 0,1% de las canciones más populares representando el 40% de todos los streams en el periodo 2014-2020 y el 1% de las canciones más populares concentrando entre el 75-80% del total de los streams en el período 2019-2020.

Desde el punto de vista del valor de la música, destaca la pérdida de valor materializada en la caída del «precio por stream» a la mitad en el período comprendido entre 2012 y 2020, lo que implica que para generar la misma remuneración se necesitan el doble de streams, lo que se suma a la caída de los ARPU como factores clave de esa pérdida de valor.

Tras convertirse en la primera plataforma de streaming en alcanzar un acuerdo con TikTok y lanzar su propia solución para incorporar NFT, la compañía ha anunciado una ronda de inversión relativamente modesta en cuanto a las cantidades ($5M), pero que cuenta con la presencia de artistas como Katy Perry, Jason Derulo o The Chainsmokers, que se suman a Nas, inversor en fases anteriores.

Asimismo, el informe recoge que el 75% del total de encuestados reconocen haber escuchado música en los últimos 12 meses, buscando sobre todo las sensaciones de felicidad, calma o energía; que el streaming sigue posicionándose como el formato más utilizado para la escucha de música (el 62% de los encuestados se decanta por el streaming de música de vídeos online; el 61% por el streaming de audio y el 59% por la radio AM/FM); y que el 16% de los consultados planean asistir a algún concierto el próximo año, lo que viene a corroborar la incertidumbre mantenida acerca de la seguridad de participar en eventos masivos.

Con una estrategia clara en la que todas sus canciones duran alrededor de 30 segundos, un tiempo lo suficientemente largo para activar un pago de regalías por cada stream y lo suficientemente corto para maximizar el número de canciones en el mismo periodo de tiempo, esta cuenta tiene cerca de 860.000 oyentes mensuales y alrededor de 10 millones de streams al día.

De fondo, el debate sobre el modelo actual de reparto de regalías en las plataformas dominantes de streaming, conocido como big pool o prorrata, que prima la cuota de mercado sin tener en cuenta el uso particular de los usuarios, y los incentivos que promueve a nivel de creación y distribución de música.

Aunque las cifras no son exactas, la herramienta allana el camino para entender el volumen de ingresos en bruto que potencialmente puede generar un artista en función del número de streams, previo al split entre distribuidora digital y también al porcentaje de la discográfica en los casos de artistas que no se autoproducen.